LOS SACRAMENTALES
Sólo la espiritualidad católica de lo sagrado integra los sacramentales en la vida cristiana. Pero hoy en gran medida está debilitado el sentido de lo sagrado entre los cristianos, incluso entre los practicantes. Por el contrario, el cristiano católico "se hace como niño" para entrar en el Reino, valora en modo máximo la virtualidad santificante de lo sagrado. Sabe que la Iglesia le ofrece en los sacramentos y sacramentales unos signos privilegidos para la santificación, es decir, para la unión con Dios. Y por eso acude a ellos, asiéndose fuertemente de la mano de su madre la Iglesia. Como un niño que en el peligro corre a refugiarse en su madre, así el católico, sabiéndose asediado por el diablo, tiende, bajo la acción del Espíritu Santo, a buscar el auxilio de la Madre Iglesia; también en los sacramentales, ya que éstos, como dice el Vaticano II, son auxilios "de carácter espiritual obtenidos por la intercesión de la Iglesia" (SC 60). El católico, el cristiano que se hace como niño, busca al Santo en lo sagrado, allí donde el Señor ha querido manifestarse y comunicarse con especial intensidad, certeza y significación sensible.
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